Las
especies introducidas son algunas de las amenazas y peligros más grandes a los que se
enfrentan los ecosistemas naturales a nivel mundial, razón por la cual su
control en el archipiélago de las Galápagos es fundamental para garantizar el
equilibrio y la
estabilidad de las especies nativas de la zona.
Algunas especies introducidas
no intencionalmente, como es el caso de la mayoría de los insectos, han llegado a la isla debido a
pobres controles de bioseguridad, por lo cual el
fortalecimiento del control de los productos que salen y entran a las Galápagos es un primer paso fundamental para empezar a
controlar posibles amenazas futuras en la isla.